10 de febrero de 2008

SOMBRA DE AMOR

Sí, ya advertí tu presencia,
ya ví que te escondes detrás de la cortina.
Como antes, no te invité a venir,
no entiendo por qué invades mis emociones.
Creo que ya lo sé, vienes a demostrar de nuevo tu poder.
Sí, ya sé que eres grande y que nadie puede resistirte,
que todo ser viviente se rinde a ti.
Cada vez que has entrado en mi corazón
lo has fracturado con tu grandeza.
¿Pero, por qué, por qué, por qué?
¿Por qué ahora que ya eras historia antigua?
¿Por qué cuando ya no pensaba en ti?
Quería olvidarte poniendo mi empeño en otros menesteres,
vivía bien, ¡estaba tanquilo!...
¿y aún quieres que sonría?
Ahora vienes acompañado, quierías testigos,
¡¿pero tenías que venir acompañado por la soledad?!
Ya he sido tu juguete ¿y quieres compartirme con ella?
No, ya no quiero que regreses, simplemente date la vuelta,
sin despedirte, y halla de nuevo el camino al olvido.
Lo sé, regresarás cuando menos lo espere,
pero cuando lo hagas ten misericordia
y hazte acompañar de la felicidad.
Ya no quiero más dolor.
Cuánto encierras en ese pequeño nombre,
cuatro letras lo componen y, sin embargo,
tus efectos son ilimitadamente devastadores o creadores.
Por: Antonio Padilla
México, D.F.