Primera cucharada:
Las miradas se encuentran. Por donde comenzar ¿?Este momento siempre es difícil, porque no se si quebrar la costra de caramelo de un solo golpe o hacerlo poco a poquito.Alrededor todo es silencio, porque elegimos un espacio donde solo tú y yo somos los comensales:Es un banquete privado. En sintonía con tus pupilas entiendo la frase de “ cuando los ojos sonríen” Porque en esos ojos claros, brillantes, intensos, resalta un homenaje sincero a la vida . No hay manera de eludirlos, menos cuando en ellos me retrato autentico y feliz. Ya era hora… me digo. Han sido muchas vidas de búsqueda. Y aquí estas junto a mí.
Segunda cucharada: Mis labios de acercan a los tuyos, apenas dibujados en un rostro de trazos exactos y armónicos… ¿Te habían dicho antes que tu cara se ilumina de mil colores esbozas una sonrisa? Si, me liberaste con tu luz cuando estaba atrapado en esos pasillos oscuros de paseo por el vació.En un beso nuestras historias se abrazan y abrasan, se funden y confunden, se conocen y reconocen.Mi lengua se enreda con tu lengua y el sagrado rito de iniciación de salivas revueltas convulsiona mi cuerpo. La hoguera ha sido encendida. Si… elegí quebrar el caramelo de un solo golpe para que no queden dudas de la dimensión del deseo…
Tercera cucharada:Me estas perturbando. Mis manos viajan por tus hombros, tu cuello, tu cara, tu pelo, a la misma velocidad en que la adrenalina fluye por mi cuerpo. Tus manos recorren mi pecho, mi espalda, mi nuca. Nuestras bocas no quieren separarse nunca más.En la eternidad de un beso se desatan mil y una caricias para reconocer el terreno, tan nunca y tan siempre explotado…Me rindo.Intente eludir varias veces tu campo magnético y apenas en este momento me doy cuenta porque era inevitable.
Cuarta cucharada:
Te siento cerca. Tu pecho y el mío, sellados se intercambian los latidos: por fin dejamos atrás los miedos inútiles y abrimos las puertas del deseo aprisionado en la cotidianidad de los deberes… seres de las reglas absurdas que no están escritas en ningún lado, pero que ambos seguimos con disciplina inquebrantable.En su viaje por los cuerpos, nuestras manos se encuentran y se aprietan con la alegría de saberse juntas. No hay marcha atrás. Una vez que pruebas la vainilla natural no hay forma de volver a los sabores artificiales.
Quinta cucharada:
Tus sabores, aromas y texturas subrayan la línea del deseo, inevitablemente cruzada, al tiempo que el bocado de Creme Brulee pasa por mi boca.No importa que tan torpes son los movimientos: construimos piedra a piedra, el templo de una pasión que nació sin que nos diéramos cuenta siquiera.Desabotono tu camisa y mis manos por fin se deslizan por tu piel. Me detengo para contemplarte… Eres arco iris, continente, nube, lluvia y cielo.
Sexta cucharada:
Nos tocamos, nos descubrimos, nos reconocemos. Tus manos, mis manos en ebullición ya no se detienen, y untan de Creme Brulee el cuerpo del otro. Temblamos. Sudamos. Ambos imaginamos lo que se aproxima, si cruzamos la frontera ya no podremos volver al pasado… lo sabemos.Me pregunto cuando fue la primera vez que te vi de otra manera. Como fue que una mañana simplemente amaneciste tatuada a mi alma. Si existes.
Séptima cucharada: Desnudos… nos miramos. Tu boca me recorre de norte a sur, de este a oeste y hace pausas… breves… largas. En los destinos que tú eliges. Mientras tu lengua absorbe los restos del postre en mi cuerpo.La iniciativa es tuya y yo solo soy tu juguete.Tus labios aprisionan mi sexo y el caos se transforma en armonía.El calor de tu boca me humedece por dentro, mientras subes y bajas en un silencio fantasmal que no quisiera que se rompiera jamás… tus dedos me estremecen.
Octava cucharada:Es
mi turno. Elijo un recorrido lento por valles, cordilleras, bosques y
manantiales. Muerdo el dedo gordo de tu pie, reflexiono en tu
rodilla, me distraigo en tu ombligo y bebo la leche de
la Creme Brulee, derretida en el calor de tu piel.Pero es en tu entre pierna, embriagado de aromas y sabores, donde me estaciono.Tus gemidos son una sinfonía que ha cambiado la historia de la música para siempre… mis dedos te estremecen.
Novena cucharada: Te penetro.Ingreso a un circuito de placer que no admite pausas.Me montas y utilizas para darte placer.Te monto y te utilizo para darme placer.Equilibramos fuerzas y ahora vamos juntos hacia la última estación.… Justo donde la salida es la llegada y el encuentro de transforma en la eternidad de la plenitud.Éxtasis, nirvana. Aun con un plato vació enfrente me queda claro que hay instantes ¡si! Que perduran para siempre.
Décima cucharada:
Quiero otra Creme Brulee.
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